Quizá nos lleve el viento al infinito

Novela fantástica que cuenta la historia del llamado ‘Maestro de las huellas que se pierden en la niebla‘, personaje dotado del poder de transformarse y usurpar la personalidad de cualquier otro hombre. Esta extraña facultad le lleva a integrarse en el mundo del espionaje, donde aparece en sucesivas suplantaciones que traen de cabeza a los Servicios Secretos de todas las potencias. En sus desplazamientos por Europa se ve perseguido por la ‘Espía Arquetípica‘, un robot con apariencia de mujer que ha sido programado para matarle.
Propone Gonzalo Torrente Ballester que este relato es un manuscrito hallado en Mallorca, que llegó a sus manos después de desaparecer el autor. La peripecia trivial de un asunto de espionaje es el punto de partida de una historia inverosímil en la que participan la aventura y la ciencia-ficción. Pero lo que predomina en la obra es la imaginación poética, porque el autor está más interesado en la construcción de la frase, en el uso de la metáfora o en limar las aristas de las palabras que en la trama novelística propiamente dicha. Con una ironía sutil, desmitifica el género de espías y agentes secretos en un juego de brillante barroquismo reflejado en el endecasílabo final de la novela, que le sirve también de título. En conjunto, la obra, además del objetivo literario de despertar en el lector emociones estéticas, defiende al hombre como tal, capaz de razonar y de inventar maravillas, y critica al conflictivo mundo prebélico que le maneja como si fuera una máquina. El elemento erótico ocupa en la narración un segundo plano, aunque a veces reviste perfiles sensuales.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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