Siempre estaré allí

Novela sentimental ambientada en La Camargue, región de sudeste de Francia, bañada por el Mediterráneo y famosa por sus caballos salvajes. La protagonista, hija de padre francés y madre española, pasa allí los veranos, en casa de sus abuelos paternos, mientras que en invierno vive en Oviedo con su madre, tras la reciente ruptura de la familia. Muy aficionada a los caballos ve pastar todos los días a un grupo de ellos propiedad de un criadero próximo. La atracción especial que siente por un potro influye en que trabe amistad con el hijo del dueño del criadero y poco a poco el trato lleva a un enamoramiento mutuo. La acción se centra en el avance de esta relación que despierta en el abuelo de la protagonista el recuerdo de un amor juvenil cuyo fracaso le dolió profundamente. Descripciones de paisajes, ejercicios ecuestres y problemas económicos y familiares conforman una trama variada, interesante y bien elaborada. Los sentimientos de los personajes, miedo, nostalgia, amargura o ilusión, según las circunstancias de cada uno, configuran un entrono humano realista, en el que predomina en conjunto la comprensión y a pesar de todo, el perdón. El estilo de Andrés Guerrero, de una expresividad sobria y equilibrada, transmite un rico contenido de sensaciones y emociones con frases breves y una adjetivación escueta. El autor (Trujillo, 1958) veterano autor de literatura infantil, se inicia con este título, en el ámbito de las novelas para adolescentes.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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