La prueba de las promesas. El examen de los maridos

Juan Ruiz de Alarcón proporcionó varios modelos teatrales al género llamado ‘comedias de magia’. Su afición al género fue probablemente debida a la mezcla especialmente heterogénea de creencias y prácticas religiosas y al mundo de magia india que había en la Nueva España de entonces. «La prueba de las promesas» es representativa de un modelo de comedias de magia como nudo de la acción en la que recrea Alarcón el ejemplo XI de ‘El conde Lucanor‘. En ella lo fantástico reside en el valor mágico de la palabra: Don Illán, como experto en los secretos de la magia natural, conoce el poder creador del lenguaje.

Refleja, mejor que ninguna otra comedia, la proclividad de Alarcón a insertar refranes populares, tanto de América como de España, en sus obras. Gran cantidad de expresiones ingeniosas ayudan al autor a expresar con más claridad su conflicto. Además, puede notarse ya en “El examen de maridos” un intento de Ruiz de Alarcón por equilibrar las formas estéticas y un eterno compromiso con la verdad y los valores morales. Así, puede concluirse que esta obra representa el cenit de una cultura que se debate entre la verdad absoluta y una elegante retórica.

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