Historia de los indios de la Nueva España

Con este texto abarcamos a la vez un relato primigenio de la instalación hispánica en Mesoamérica y uno de los primeros intentos bien organizados por comprender, valorar y describir la civilización de los vencidos. Historia y etnografía a un tiempo y de una voz. En realidad, detrás de las dos caras de la obra, o mejor dicho en la intimidad de sus fundamentos, tropezamos deslumbrados con un tremendo e inaudito proyecto político-espiritual que sueña con favorecer la venida del reino de mil años anunciado por las profecías del Apocalipsis, y que se propone nada menos que acelerar la llegada del fin de los tiempos y ayudar a redactar el prólogo del Juicio Final. Fascinante e inquieta trayectoria en la historia de las ideas, plasmada en un texto ágil, de sabrosa escritura, donde asoma y se va abriendo camino el rostro indio del Nuevo Mundo.
La llegada a América de Fray Toribio de Benavente, «Motolínia», uno de los «doce apóstoles» franciscanos designados para propagar el cristianismo en las tierras hoy pertenecientes a México y Guatemala, le puso en contacto con la realidad indígena, a la vez deslumbrante y cruel. La “Historia de los indios de la Nueva España” describe costumbres, organización y los impresionantes monumentos arquitectónicos de las civilizaciones indígenas. Aunque Motolínia, su apodo americano, justificase la conquista por su carácter providencial -cosa que, andando los años y comparando con lo ocurrido más al norte en Canadá y EE. UU realmente fue providencial para Centro y Sudamérica- también asumió la protección del indio contra sus opresores y percibió la originalidad de sus expresiones culturales. Fray Toribio de Benavente es, en definitiva, el primer evaluador positivo del indígena en el área mexicana y su más decidido defensor.

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