Entre visillos

Protagoniza esta novela de Carmen Martín Gaite, premio Nadal 1957, un grupo de mujeres jóvenes de clase media, residentes en una capital de provincias española a mediados del siglo XX. Solteras y dedicadas a las tareas domésticas, llevan una existencia plácida y monótona, de horizontes muy limitados, centrados en la expectativa de contraer matrimonio más o menos ventajoso.
La autora sigue una línea narrativa realista con trasfondo social, de acuerdo con las tendencias del momento. Sin embargo, no se centra en el reflejo de ambientes o en la denuncia de circunstancias, sino en el estudio de la psicología femenina. El personaje principal, una estudiante inquieta, apenas salida de la adolescencia, y su profesor de alemán en el Instituto, sirven de polos al eje argumental, en el que giran unas vidas agitadas por deseos inconcretos que incitan y asustan a la vez a quienes los experimentan, en tanto que entran en conflicto con los modelos educativos vigentes. La inexperiencia de la autora se aprecia en la debilidad de los rasgos con que se caracterizan algunos personajes y en ciertas vacilaciones expresivas en el desarrollo estilístico, donde predomina claramente el diálogo. Sin embargo, la obra logra transmitir con gran eficacia y sutileza, a base de conversaciones de apariencia intrascendente y vocabulario sencillo, todo un mundo de sentimientos e ilusiones, incertidumbres y tristezas previsibles, que encierra indudable riqueza humana y estética. La adormecedora calma de unos días transcurridos sin sobresaltos ni dramas profundos está descrita, con toda maestría, como una trampa para espíritus ambiciosos, que prefieren la inseguridad a la monotonía.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

Deja un comentario