El tragaluz

Recluidos en un sótano, un grupo de vencidos de la guerra civil contempla la vida a través de un simbólico tragaluz. Jugando con el tiempo, Buero Vallejo consigue una dimensión de «sobrecogimiento histórico» que obliga al espectador a entrar en acción y afrontar los problemas de su entorno. Se puede analizar “El tragaluz” como testimonio excepcional del acierto de combinar, dentro de un teatro de vocación realista, el interés por la intriga con la reflexión crítica. El perfecto maridaje entre ética y estética eleva a “El tragaluz” a la categoría de clásico contemporáneo.

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