El padre Sergio

Pocos días antes de la boda, una bella e ilustre condesa rusa revela a su prometido que ha sido amante del zar. Furioso y humillado, éste huye de San Petersburgo y se recluye en un monasterio, y más tarde se hace ermitaño. Al atribuírsele una curación milagrosa su paz se ve turbada por muchos visitantes y uno de ellos, una mujer muy atractiva, le hace caer en una tentación carnal. Después de esto emprende un largo peregrinaje durante el cual es detenido y, por no llevar documentación, deportado a Siberia, donde por fin halla la paz trabajando para un campesino rico a cuyos hijos sirve de maestro. La obra, ambientada en la década de 1840, se terminó de escribir en 1898 pero no se publicó hasta 1911, muerto ya Tolstói (1828-1910).
La trama, de claro perfil psicológico, refleja la trayectoria espiritual de un hombre que deja de lado un futuro social brillante para reconfortar su espíritu en la búsqueda de la fe cristiana. La lucha constante por dominar su carácter airado y altivo y los instintos primarios centra un desarrollo argumental intenso y dramático donde, además, pueden rastrearse ciertas huellas autobiográficas. Búsqueda, huida, refugio, términos muy característicos de la existencia de Lev N. Tolstói, lo son también de la de este interesante personaje, trazado con maestría y descrito por medio de un estilo tan sobrio como eficaz en su nítida expresividad. Su historia, a la vez que atrae como creación literaria, induce a la reflexión en tanto que revela inquietudes propias del ser humano de cualquier tiempo y lugar.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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