El niño de la Bola

Escrita en el contexto de debate ideológico que caracterizó los primeros años de la Restauración, «El Niño de la Bola» es un ejemplo notable de la novela de tesis que se publicó en España en el siglo XIX. Fiel a la estética romántica, Pedro Antonio de Alarcón desarrolla en ella un argumento lleno de colorido. También polemiza con los escritores liberales rechazando el racionalismo moderno. Desde su perspectiva, sin fe religiosa y sin las limitaciones que imponen los mandamientos de la moral cristiana, el ser humano estaría expuesto a una libertad excesiva y sucumbiría a la fuerza de sus pasiones más elementales. Esto motivó duros ataques de escritores liberales que criticaron su conservadurismo. Años más tarde, sin embargo, superado finalmente el contexto de enfrentamiento político original, el gran músico gaditano Manuel de Falla calificó esta novela de «joya andaluza», viendo en ella una extraordinaria historia de amor funesto.
Lo que sí muestra «El Niño de la Bola» es la amplitud de temas y de modos de Alarcón, porque nada más alejado del realismo sencillo y jovial de “El sombrero de tres picos” que el asunto idealista y dramático de «El Niño de la Bola«, aunque también nos presenta un cuadro lleno de luz, típico de las maravillosas tierras andaluzas; pero los personajes sencillos, equilibrados y socarrones de “El sombrero de tres picos”, están sustituidos por seres apasionados, violentos, impulsivos; tan valiosos los uno como los otros en su interesantísima variedad. Para los críticos, la figura de Venegas en «El Niño de la Bola» es una creación valiosísima, y doña Emilia Pardo Bazán que califica esta novela de rara, hermosa, fuerte, dice del protagonista: es un loco, pero un loco grandioso, la idea fija y la impulsión no pueden estar mejor caracterizadas.
Reseña del Editor.

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