Campos de fresas

Narra esta novela, inspirada en hechos reales, el dramático final de una salida nocturna de fin de semana. Un grupo de jóvenes madrileños compran en un bar de copas unas pastillas estimulantes, y poco después una de las chicas comienza a sentirse muy alterada. Trasladada al hospital, cae en coma profundo, con pocas posibilidades de recuperación. Sus consternados amigos quedan desconcertados, pero alguno de ellos colabora con la policía para descubrir qué sustancias contenían las pastillas que todos consumieron, sin que los demás resultaran anormalmente afectados.
La obra tiene una clara finalidad admonitoria respecto al riesgo cierto y grave que encierra el consumir drogas de diseño. Sin embargo, pese a esta finalidad ajena a la literatura, Jordi Sierra i Fabra acierta a crear un clima auténticamente novelístico, al plantear la acción como una partida de ajedrez en la que se enfrentan la vida y la muerte. El desarrollo argumental, dentro de una línea muy realista, es ágil y variado, reflejando, sin apenas concesiones a la imaginación, los problemas de los jóvenes de hoy, a nivel de clase media urbana. Escrita con estilo directo, a base de frases cortas y mucho diálogo, la obra se lee con facilidad y tiene el interés de encerrar una advertencia seria sin caer en un tono aleccionador o moralizante que pudiera resultar contraproducente, además de involucrar a los padres de forma muy próxima en la problemática juvenil.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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