Archipiélago Gulag, 1918-1956

Describe el proceso de detención y las torturas practicadas para «confesar» lo que no se había hecho, las iniquidades de los funcionarios destinadas a quebrar moralmente al detenido, la convivencia con otros presos como única posibilidad de combatir el embrutecimiento… También se explaya sobre diversos temas relativos a la revolución bolchevique, a la Segunda Guerra Mundial, y a la situación de los ciudadanos rusos en diversos lugares afectados por la guerra.

Del grupo de Solzhenitsyn, todos recibieron 10 años menos él, condenado a ocho, y otro, condenado a cinco. En otra parte del libro cuenta de jueces que presumían en charlas jurídicas no de no haber absuelto a nadie, sino de no haber aplicado ni un atenuante. Lo condenaron a ocho años de trabajos forzados y le destinaron al campo de Novy Ierusalim (los monasterios ortodoxos fueron reconvertidos en centros de castigo). Llegó como un zek, o recluso; es decir, como alguien desposeído de derechos. En pocos días, dice, se convertiría en un auténtico zek: «Mentiroso, desconfiado, observador».

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