Ana y la Sibila

Durante un viaje de fin de curso a Roma, una estudiante de catorce años que vive en Cartagena queda muy impresionada por los frescos del Juicio Final pintados por Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina. Al fijarse en la figura de la sibila de Cumas experimenta una extraña sensación, que será el inicio de una aventura que la llevará a viajar hacia atrás en el tiempo, desde las guerras púnicas entre Roma y Cartago hasta la época de Augusto, en un itinerario que aparece inspirado en la Eneida de Virgilio.

Ana y la Sibila”, de Antonio Sánchez-Escalonilla, tiene un desarrollo argumental absolutamente fantástico, muy dinámico y expresado con un lenguaje y una técnica narrativa con claras influencias de los medios audiovisuales. Literariamente su calidad es discreta, pero además de entretener encierra un loable propósito de divulgación cultural referido a la historia y la mitología de la antigüedad grecolatina, haciéndola enlazar con la llegada del cristianismo, anunciado ya por algunos escritores, como Virgilio, y por remotas tradiciones orientales.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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