Viajes de Gulliver

Lo que Jonathan Swift, el escritor anglo-irlandés de lengua mordaz, presenta en su novela satírica Los viajes de Gulliver, es el colmo del absurdo para la literatura de la época. Gulliver parte cuatro veces de viaje como médico de abordo y las cuatro veces acaba entre civilizaciones extrañas que no solo tienen nombres que parecen trabalenguas, sino que, además, no podrían ser más singulares. Están los diminutos liliputienses con su gracioso aparato político, los gigantes del país de Brobdingnag y los espirituales y honorables laputanos, quienes, con toda seriedad, intentan convertir el hielo en pólvora y los pepinos, en rayos de sol. Por último, se encuentra con los simiescos yahoos y los racionales houyhnhnms, unos caballos inteligentes. Aunque la obra de Swift (en especial, los dos primeros capítulos) terminaron por convertirse en un clásico de la literatura juvenil, el texto no es tan inocente como suele suponerse. Detrás de la fachada de las extrañas aventuras, encontramos una crítica general no solo a la sociedad inglesa en tiempos de Swift, sino a la humanidad y su dudosa evolución.

Deja un comentario