Un lugar para el fuego

Poeta de mestizaje autonómico, de éste y de otros muchos lugares, como corresponde a una de las voces más templadas y nítidas de la poesía española actual -afirma Gontzal Díez- la de Amalia Iglesias es una voz alejada de la estética dominante, más cerca de la luminosidad de Juan Larrea, uno de los mejores poetas vascos en francés y castellano, que del verso de algunos contemporáneos. El poeta reconstruye las ruinas para colonizar nuevos espacios. Pero hay memoria, siempre temblor de dados o ruido de versos porque todo poema es una biografía que nace de un impulso que se reescribe y recompone.

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