Todo controlado, chicos

Segundo episodio de las aventuras de Luis y Vicente, escritas por Dagmar Geisler: dos amigos y compañeros de clase a quienes les une la afición por dibujar y escribir historietas de cómic e incluso hacer película de animación con ellas. Por desgracia, en clase hay un grupo de gamberros que se dedican a acosar a Luis, sin que Vicente, de modo inexplicable, le ayude a defenderse de los violentos. Esta actitud supone un obstáculo para su amistad y un motivo más de preocupación para Luis que se une a los problemas familiares derivados de ser el menor de cuatro hermanos. La obra trata estos asuntos con estilo realista y en clave de humor, sin negarles su importancia, pero quitándoles dramatismo y enseñando a tomárselos con calma. Al final, la relación entre los dos amigos se mantiene e incluso la hermana de Luis, que a este le resulta inaguantable, les brinda su ayuda para resolver el acoso escolar. La acción combina el relato de las peripecias de los personajes con el tema de la historia que los protagonistas dibujan en viñetas En ellas representan la historia de un pirata y un extraterrestre, lo que hace más variada y caóticamente divertida la trama. La obra, sin pretensiones literarias entretiene al lector a la vez que le anima a sobrellevar el ambiente escolar con paciencia y tranquilidad. Las ilustraciones, de la autora del texto, se adaptan con acierto al contenido del relato.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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