Soledades

Pasos de un peregrino son, errante,
Cuantos me dictó versos dulce Musa
En soledad confusa,
Perdidos unos, otros inspirados.

¡O tú que de venablos impedido
-Muros de abeto, almenas de diamante-,
Bates los montes que de nieve armados
Gigantes de cristal los teme el cielo,
Donde el cuerno, del eco repetido,
Fieras te expone, que…

Así comienzan las «Soledades» de Luis de Góngora y Argote, eximio poeta de nuestro Siglo de Oro.

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