Reckless. 3: El hilo de oro

En este episodio, tercero de la serie “Reckless”, sus protagonistas, los hermanos Jacob y Will, se desplazan por separado hacia distintos lugares del Este de Europa. Clara, la novia de Will, yace en coma en el hospital de Nueva York donde trabaja, al otro lado del espejo, después de haberse pinchado con la aguja de un broche venido del mundo de la magia. Solo el Hada Oscura puede despertarla y con ese fin Will acude en su búsqueda, allá donde se halle. Jacob, por su parte, acompañado de Celeste Auger, la joven de la que está enamorado y que puede, en determinadas circunstancias, aparecer en forma de zorro, se dirige a la corte del zar de Rusia en su habitual trabajo de cazador de tesoros para luego comerciar con ellos. También John Reckless, el padre de ambos, que se hace llamar Isambard Brunel en el Mundo Mágico, abandona Albión, donde trabajaba como ingeniero para poner rumbo hacia el Este. En cierto momento, su destino se cruza con el de su hijo Jacob y después de que el joven le libere de una terrible prisión, vuelve a abandonarle, dejándose llevar de su cobardía y afán de comodidad. La acción extensa y compleja, incorpora un gran número de personajes míticos, elfos, duendes, brujas y otras criaturas fantásticas, que se mueven por interese diferentes cuando no contrarios unos de otros. Will y Jacob, cada uno a su modo, logran abrirse paso en ambientes extremadamente peligrosos que recuerdan lejanamente la Europa de comienzos del siglo XX, tanto respecto a los lugares que traviesan como por sus nombres y los de sus gobernantes. La trama, centrada en las aventuras de cada uno de los tres Reckless, muestra un planteamiento interesante que, poco a poco, pierde fuerza debido a los numerosos entresijos en los que se dispersa el nudo del desarrollo argumental. Salvado este bache, al acercarse el final, que no el desenlace, del episodio, éste vuelve a recuperar su tono intenso y consigue mantener al lector expectante ante las sorpresas que puedan depararle los próximos títulos de la serie. Cornelia Funke (Alemania,1958) poner de manifiesto una vez más, la calidad de su técnica y estilo narrativos y su capacidad para conectar con el público infantil y juvenil y estimular su imaginación. Las leves referencias a la conducta de los protagonistas en las relaciones con sus respectivas novias responden a un permisivismo moral inadecuado para lectores adolescentes.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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