¿Quién se ha llevado mi queso?

Esta fábula simple e ingeniosa puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida:

Había una vez dos ratoncitos y dos hombrecillos que vivían en un laberinto. Estos cuatro personajes dependían del queso para alimentarse y ser felices. Como habían encontrado una habitación repleta de queso, vivieron durante un tiempo muy contentos. Pero un buen día el queso desapareció…

Con palabras y ejemplos comprensibles incluso para un niño, nos enseña que todo cambia, y que las fórmulas que sirvieron en su momento pueden quedar obsoletas. El «queso» del relato representa cualquier cosa que queramos alcanzar «la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor» y el laberinto es la realidad, con zonas desconocidas y peligrosas, callejones sin salida, oscuros recovecos… y habitaciones llenas de queso.

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