Poesía juglaresca y juglares

En “Poesía juglaresca y juglares” (1924), en la sucesión de cuadros llenos de vida, presentaba don Ramón Menéndez Pidal la vida literaria de las cortes y plazas y medievales, al tiempo que construía firmes teorías históricas organizando su visión del desarrollo de la épica y la lírica peninsulares. Años más tarde, el libro pasó a titularse “Poesía juglaresca y orígenes de las literaturas románicas” (1957), porque, añadiendo multitud de datos y revisando conceptos, ensanchaba extraordinariamente el alcance teórico. Sin torcer su camino, la obra ganaba en vastedad de miras, en trascendencia y en elaboración. Nada tan ejemplar escribe el profesor Rafael Lapesa en el prólogo de esta edición como el fervoroso equilibrio de aquel patriarca de alma joven que, siempre al servicio de la verdad, vivificó para los españoles de entonces, de hoy y de mañana el legado precioso de una tradición poética más de diez veces secular.

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