Óscar, papá y el trampolín de tres metros

El deporte nos exige a veces ser valientes, no tener miedo y asumir algunos riesgos. A Óscar saltar desde el trampolín le da pánico y, aunque intenta superarlo, el miedo es más poderoso que la vergüenza que le da no conseguirlo y los insultos de los colegas. Solo con ayuda de su padre y un muñeco le será posible dar el salto al agua desde una altura de tres metros. La sencillez con la que la autora plantea los temores, los sinceros diálogos entre el padre y el hijo y el reconocimiento de las situaciones cotidianas permiten al lector identificarse con tantos momentos en los que hay que demostrar a los demás o a uno mismo que podemos hacer algo que nos aterroriza, pero que venciendo el miedo seremos mejores.

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