Nada

Nada” es la novela que inauguró, en 1945, el Premio Nadal, y que fue un auténtico aldabonazo en el panorama literario de la posguerra. Carmen Laforet, entonces una joven menor de veinticinco años, logró con ésta su primera novela gran éxito de crítica y público.

La autora se manifiesta aquí, ante todo, como una excelente narradora, dotada de una gran intuición para convertir en relato de interés palpitante los hechos más vulgares e incluso desagradables, ya que esta obra, si bien no puede encuadrarse dentro del tremendismo, sí tiene ciertas notas comunes con él, al crear, con excepcional acierto, unos personajes esperpénticos y, sobre todo, una atmósfera agobiante y sombría, con el fondo de la Barcelona de la inmediata posguerra. Más que la acción en sí, que puede caer en algún momento en el melodrama, destaca el trazado de los diversos personajes, que tantos años después de su creación continúan interesando a las nuevas generaciones.

La autora describe un desolado panorama, apenas aliviado alguna vez por un breve respiro. La familia de la protagonista está compuesta por unos seres extraños, con indudables ramalazos de locura que se resuelven en una atmósfera de amor-odio, como en una pesadilla de la que Andrea sólo se librará con su marcha a Madrid. Al final de la novela lo que resalta es la ruina y descomposición de una familia, que en cierto modo simboliza la de toda una sociedad.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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