Los crímenes del número primo

Cuando el título de un libro habla de números y entre los personajes aparece un antiguo matemático. Se espera una historia en la que haya que desentrañar algún enigma matemático. Nada más lejos de la realidad. Hasta que no llegamos al libro tercero de la novela no nos encontramos la primera referencia a las matemáticas y es solo una cita bajo el título del tercer libro; se trata de la conjetura de Goldbach.

«Todo número par mayor que dos es la suma de dos números primos»

Cuando se llega a este punto se supone que por fin entraban las matemáticas en juego y que detrás del misterioso asesino habría una mente brillantemente retorcida que dejaba pistas en forma de problemas lógicos, mensajes cifrados o algo por el estilo …

… Pero no, cualquier parecido con un enigma matemático queda reducido al título, a la mención de la conjetura de Goldbach y a una pequeña disertación filosófica sobre los números primos.

Es un libro que se deja leer. La historia no está mal, aunque no podría clasificarla ni como apasionante ni como trepidante, consigue enganchar lo suficiente como para querer saber qué pasará en el próximo capítulo.

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