Libros de Caballerias

Libros de caballerías”: los que tratan de hazañas de caballeros andantes, ficciones gustosas y artificiosas de mucho entretenimiento y poco provecho, como los libros de Amadís, de don Galaor, del Caballero del Febo y los demás. Así se definían los libros de caballerías en 1611: libros de entretenimiento, de placer y gusto. Libros que todo el mundo conocía porque siempre había alguien que pudiera leer alguno en medio de una plaza, de un comedor, del patio de una venta. Libros llenos de aventuras, tanto guerreras como amorosas, de enredos y situaciones cómicas, de pruebas imposibles de superar, pero también libros de enseñanzas al mostrar formas ideales de comportamiento, por más que ahora (aparentemente) estén alejadas de nuestro modo de pensar o de actuar. ¿O estamos más cerca de los libros de caballerías de lo que creemos?
Los mejores libros jamás escritos. «¡Quiera Dios, mi verdadero amigo, que yo vea aquel día que tan bueno habéis de ser, e ansimesmo vea las vuestras caballerías, que tan grandes han de ser!» Los Siglos de Oro representan en España la época cumbre de las letras, impulsada por el apoyo oficial a la instalación de imprentas y el creciente poderío económico del Imperio español. En ese marco, los libros de caballerías se popularizan hasta convertirse en el máximo exponente de la literatura de entretenimiento, donde se difunden los valores morales de la época hilvanados con elementos humorísticos. Este volumen presenta dos poco conocidos relatos, pero de los más significativos libros de caballerías: «Flores y Blancaflor» y «La Reina Sevilla«.
Reseña del Editor.

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