Las uvas de la ira

Unos modestos campesinos de Oklahoma se ven desposeídos de sus tierras al no poder pagar una deuda a causa de la pérdida de la cosecha. Emigran a California para buscar trabajo, pero tampoco allí la situación es buena y continúan viviendo en forma miserable, a la vez que el grupo familiar se va reduciendo. John Steinbeck (California, 1902-1968), su autor, obtuvo en 1962 el premio Nobel de Literatura.

Publicada en 1939, «Las uvas de la ira» es un crudo testimonio de las dificultades padecidas por los pobres del país más rico del mundo en los años de la gran depresión. Con su habitual sequedad estilística, sin una sola concesión barroca, el autor se introduce en los más íntimos rincones de la existencia de sus personajes, describiendo minuciosamente todos sus actos. Ajeno a toda belleza formal y refinamiento estético, Steinbeck es un narrador vigoroso que sabe contar una historia larga y triste manteniendo en todo momento el interés de la trama, gracias a los firmes perfiles humanos con que traza sus personajes y a la fuerza dramática de las situaciones planteadas. La obra es una crítica a la sociedad norteamericana, a los recelos localistas de cada Estado y a la avaricia de las grandes empresas, a la vez que una llamada a la solidaridad de los débiles para que lleguen a ser fuertes a partir de su unión. A la vez, se exalta el valor de la unidad familiar, destacando la madre como ejemplo de fortaleza y energía. La novela es dura, pero los personajes no reaccionan con odio, aunque a veces su desesperada situación los lleve a la violencia y el crimen, pues en el fondo confían en el futuro y un confuso sentimiento religioso les indica dónde están el bien y el mal.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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