La rebeldía de estudiar

Hay estudiantes con una voluntad débil, consecuencia, a su vez, de falta de motivos para estudiar. El autor invita al estudiante a cambiar la rebeldía contra el estudio por la rebeldía de estudiar. Se presenta el estudio como una rebeldía positiva frente a muchas limitaciones personales y ambientales. Es una rebeldía que convierte las dificultades en retos personales.

Muchos estudiantes estudian de mala gana, sin esfuerzo, sin orden, sin método, con prisas.

La conducta más preocupante de los jóvenes de hoy en día es la falta de rebeldía, el conformismo, el pasotismo. Una persona que realiza con frecuencia y día a día su trabajo de estudiar, y que lo hace con amor y espíritu de servicio, es sin duda una persona rebelde. Es rebelde frente a sí mismo (frente a su ignorancia, su pereza, la falta de esfuerzo, los obstáculos…) y también con respecto a un ambiente social frívolo, superficial, en el que no se valora el saber y el ser una persona culta

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