La otra cara de la verdad

La historia de “La otra cara de la verdad” comienza cuando el comisario Guido Brunetti conoce a una extraña mujer, esposa de un rico comerciante veneciano. Después, el jefe de los «carabinieri» de un lugar cercano le habla del asesinato del dueño de una empresa de transportes en camiones que había sido contratado para llevar fuera del país alguna mercancía ilegal. Algo más tarde, este policía será también asesinado, y se descubrirá que aquella mujer mantiene contactos con el principal sospechoso.

A lo largo del relato el comisario va desenredando una complicada madeja hasta averiguar que la carga transportada consistía en bidones llenos de residuos altamente contaminantes, de los que no resulta fácil deshacerse por medios legalmente correctos, y tratar de apresar al responsable de todos estos delitos. La autora lo describe lentamente, entrelazando detalles de la vida doméstica de Brunetti con la acción, que en realidad se concentra en las páginas finales. Ese predominio de los aspectos humanos y la calma de la vida en una ciudad que aún conserva gran parte de su secular encanto contribuyen a crear el clima propio de la serie, que no defraudará a sus seguidores. El tono, como es frecuente en los libros de Donna Leon, es discursivo, con múltiples referencias a los pensamientos del protagonista y a sus conversaciones con su mujer. En ellos aparecen, muy brevemente, los prejuicios de la autora en favor de un pensamiento de izquierdas y alguna aislada alusión irónica a la Iglesia católica.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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