Era el mismo sueño de Napoleón. Desde Narvik –allá, pegando al Polo- hasta los Pirineos, un ejército continental de capacidad titánica aguardaba el asalto al Reino Unido. Pero no eran las mismas circunstancias. La Luftwaffe del mariscal Goering lapidaba a bombazos las megápolis inglesas. Y detrás de aquellas tropas...