En la boca del lobo

François y Paul pasan unas vacaciones juntos. Van a ir a ver una gruta, pero se encuentran a un hombre casi muerto. Piensan que ha sido herido por una fiera que estaba en la gruta adonde iban. Deciden investigar y un día les secuestran, aunque más tarde les dejan libres. Ellos no se asustan, siguen investigando y descubren que esas cuevas son almacenes de objetos robados y al otro lado de la gruta, en un lugar desierto, unos malhechores tienen un almacén de coches robados.

Esto no pasaría en la realidad, es cosa de cuentos, pero es un ejemplo de cómo hay que hacer un esfuerzo e insistir en lo que te propones para lograrlo. Es el mensaje que nos dejan Pierre Boileau y Thomas Narcejac en “En la boca del lobo

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