Electra. Ifigenia en Táuride, Las Troyanas

Eurípides (Salamina, 480 – Pella, 406 a. C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Se cree que escribió 92 tragedias, conocidas por los títulos o por fragmentos, pero se conservan sólo 19 de ellas, de las que una, “Reso”, se discute aún si es apócrifa. El canon establecía también 7 tragedias de Eurípides, pero el gusto de la época, nos transmitió un número mayor. Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra. Los rasgos diferenciales de su obra son los siguientes: Innovación en el tratamiento de los mitos. Complejidad de las situaciones y personajes. Humanización de los personajes, que se muestran como hombres y mujeres de carne y hueso, con pasiones y defectos que, en algunos casos, se acercan a la tragicomedia. Especial influencia de los problemas y polémicas del momento, que dan un aire de realismo. Crítica de la divinidad tradicional desde un punto de vista tradicionalista. Disminución del papel del coro. Eurípides es conocido principalmente por haber reformado la estructura formal de la tragedia ática tradicional, mostrando personajes como mujeres fuertes y esclavos inteligentes, y por satirizar muchos héroes de la mitología griega. Sus obras parecen modernas en comparación con los de sus contemporáneos, centrándose en la vida interna y las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego. uno de los mecanismos más discutidos es el llamado Deus ex machinae, que consiste en solucionar de manera antinatural un conflicto, como en «Medea», en donde al final aparece un dragón que la salva en el último minuto o en su «Helena», tragedia en la que un éidollon enviado por los dioses sustituye a la verdadera Helena.

 

Agamenón es asesinado por su esposa Clitemnestra, en venganza por haberse atrevido a sacrificar a su hija para que la flota griega pudiera partir rumbo a Troya. “Electra”, hija del difunto rey, junto a su hermano Orestes se empeñarán en que tal crimen no quede sin venganza.

 

Ifigenia en Táuride” es el drama de amor fraternal que finaliza felizmente, gracias a la estratagema de la rubia Ifigenia, tierna hermana de Orestes, que llega a conmover a la diosa Atenea, salvándose así el atormentado Orestes, matador de su madre.

 

Considerado generalmente el más moderno de los tres grandes dramaturgos clásicos griegos, Eurípides (ca. 484-406 a.C.) se distinguió por plantear en sus obras los conflictos morales más permanentes de la condición humana. La experiencia de la guerra del Peloponeso, de la que fue testigo en el postrer tramo de su existencia, le movió, como bien testimonia «Las Troyanas«, a tomar una posición antibelicista que, desgraciadamente, al cabo de los siglos, no ha perdido vigencia. En efecto, aunque centrada en el amargo destino de las mujeres dependientes de los héroes vencidos en la guerra de Troya, la obra versa sobre el desastre que suponen las guerras, cualquier guerra, así como sus detestables secuelas.

Deja un comentario