El zorro

Novela de espías de corte clásico, ambientada en el momento actual, que da una vuelta de tuerca a lo que ahora se entiende por espionaje: el informático. En “El Zorro”, se trata de espiar al enemigo y hacerle todo tipo de destrozos, sin moverse de casa, a través de potentísimos ordenadores y de genios que son capaces de llegar a los lugares más fuertemente guardados.
La historia comienza cuando los americanos descubren una intrusión en uno de las grandes, más sensibles y mejor guardada base de datos, la de Fort Meade. Lo asombroso es que después de investigar a fondo, y preparar un asalto, se descubre que no se están enfrentando a un terrible pirata informático o a un grupo de hackers terroristas, sino a Luke Jennings, un chico inglés de 18 años, hijo de una familia muy normal y que padece síndrome de Asperger. La sorpresa es enorme porque no ha habido nadie capaz de franquear tantos cortafuegos y trampas como este chico, aunque ha entrado y no tocado ni alterado nada.
En ese momento entra en juego un espía clásico de la época de la ‘guerra fría’, Sir Adrian Weston, que es llamado por la primera ministra británica y con ella traza un plan para utilizar al chico y desbaratar los peligros a los que se ven expuestas las democracias occidentales. El chico será conocido como “El Zorro”y el plan Operación Troya, con clara referencia al Caballo de Troya.
El primero que se ve afectado es el gobierno ruso, que pondrá en marcha todo su potencial para descubrir al responsable y para ello recurren a un topo y luego a esos espías durmientes que hay en todos los países. El presidente ruso, descrito como un déspota sin escrúpulos, va a dar carta blanca a otro espía clásico y así se verán enfrentados dos antiguos enemigos que se conocen a la perfección.
La novela tiene tensión y bien dosificada, como es propio de un veterano de este tipo de narraciones de Frederick Forsyth. Lo datos históricos están bien escogidos y empleados y se añade al final un apéndice con la lista de personajes y organizaciones que intervienen en la novela. Gustará a los amantes del género.
Alberto Portolés.

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