El que tenga valor que me siga

La obra “El que tenga valor que me siga” es una biografía novelada de Bernardo de Gálvez (1746-1786) gobernador de Luisiana y de Cuba que finalizó su vida en México después de ser nombrado en 1785 Virrey de Nueva España a la muerte de su padre.
Gálvez fue designado por el rey Carlos III gobernador del territorio de la Luisiana en 1776 cuando ya se había iniciado la Guerra de la Independencia de las colonias norteamericanas contra el dominio de Gran Bretaña. Desde Nueva Orleans organizó la conquista de las plazas británicas situadas a orillas del río Mississippi que impedían el paso a los suministros destinados al ejército de los rebeldes americanos. Una vez dominados los márgenes y la desembocadura del río, el siguiente objetivo quedó fijado en la fortaleza de la bahía de Pensacola que servía de base para las operaciones de castigo dirigidas por la Armada de Inglaterra contra los puertos del Golfo de México. El diplomático y profundo historiador Eduardo Garrigues (Madrid, 1944) destaca el valor y espíritu mostrado por el gobernador Gálvez que, pese a la escasez de recursos y la superioridad de las armas enemigas, no dudó en defender los intereses de la corona española en esas tierras. Después de reunir y organizar a sus tropas de acuerdo con las más modernas técnicas de combate, dirigió en persona el demoledor asalto a Pensacola finalizado una victoria tan espectacular como imprevista. La conquista de la plaza fuerte resultó decisiva para la retirada de Gran Bretaña y el triunfo de los rebeldes, que agradecieron a Gálvez la ayuda prestada al hacerle desfilar junto a George Washington por las calles de Nueva York. En reconocimiento a sus méritos fue nombrado por el rey Carlos III Conde de Gálvez y Virrey de México. En la narración de los diversos episodios, descritos con sencillez epistolar, se suceden los testimonios, tanto del propio Gálvez como de su mujer o de algunos de los personajes más destacados de su entorno. Cada uno de ellos ofrece su particular versión de los hechos que configuran la azarosa y corta vida del militar español cuyas hazañas han recibido tardío reconocimiento. El pasado 2014 el presidente Barack Obama concedió a Bernardo de Gálvez la Ciudadanía de honor de los Estados Unidos y un lienzo con su retrato ocupa lugar destacado en una de las salas del Senado Norteamericano.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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