El heautontimorúmenos. Formión

(Publius Terentius Afer), más conocido como Terencio, fue un autor de comedias durante la república Romana. Desconocemos la fecha exacta de su nacimiento, pero según Suetonio, murió en 159 a. C. a la edad de treinta y cinco años. Sus comedias se estrenaron entre 170 y 160 a. C. A lo largo de su vida escribió seis obras, todas conservadas. En comparación, su predecesor Plauto escribió alrededor de 130 obras y actualmente solamente disponemos de los textos de veintiuna de ellas.

El personaje al que alude el título de la obra, el “Heautontimorumenos”, el hombre que se castiga y atormenta a sí mismo, es Menedemo y lo hace porque ha sido un padre demasiado estricto y severo y, como consecuencia de ello, su hijo Clinia se ha escapado de casa y se ha alistado como soldado en un ejército en el extranjero. Sin embargo, la trama no gira sólo en torno a las mortificaciones del anciano padre, sino que se centra sobre todo en el enredo amoroso, como es habitual en las comedias helenísticas y, por ende, también en las comedias romanas. En efecto, Clinia regresa antes de lo previsto porque está enamorado de una muchacha, de nombre Antífila. A partir de ahí, Terencio traza una doble intriga amorosa, la de Clinia y Antífila y la del amigo de Clinia, Clitifón, con una cortesana, Baquis.

 

Demifón y Cremes son dos viejos hermanos que deben emprender un largo viaje y dejan a sus hijos, Antifón y Fedria respectivamente, al cuidado de un esclavo, Geta. Los dos jóvenes se enamoran de sendas muchachas: Fedria lo hace de una esclava, pero carece de dinero para poder liberarla; Antifón, por el contrario, logra casarse con Fania, una pobre huérfana, gracias a una estratagema que idea el parásito “Formión”. En efecto, éste, basándose en una ley que obligaba al pariente más próximo de una huérfana a casarse con ella o, al menos, a darle sustento, ha declarado que Antifón es el familiar más próximo de Fania.
El problema surge cuando los dos ancianos regresan de su viaje y descubren lo que han hecho sus hijos durante su ausencia. Por fortuna para Antifón, Cremes también tiene algo que ocultar, ya que él es el padre de Fania, la chica con la que se ha casado. De este modo, cuando se descubre el secreto de Cremes, a Demifón no le quedará más remedio que aceptar el matrimonio de Antifón con Fania. Por lo demás, el resto de personajes son perdonados por lo que han hecho: Cremes es perdonado por su esposa Nausístrata, por haber tenido a Fania fuera del matrimonio; Fedria es disculpado por haber tenido una aventura con una esclava a la que no podía liberar; y todos perdonan al parásito “Formión” por sus tejemanejes y argucias.

Deja un comentario