El guardián entre el centeno

Se cumplió en enero de 2019 el primer centenario del nacimiento del autor, que ha pasado a la historia de la literatura, y eso que cuenta con una breve trayectoria, gracias a su novela “El guardián entre el centeno”, publicada en 1945, un clásico contemporáneo que revolucionó la novela con protagonistas juveniles y que fue señalada como una de las más representativas de la novelística en los Estados Unidos de la posguerra.

Un muchacho, convaleciente en una clínica psiquiátrica, cuenta sus aventuras en Nueva York cuando, tras ser expulsado del colegio, decide vivir su vida perdido en la inmensa ciudad. Su joven protagonista refleja magníficamente ese titubeo propio del adolescente, que en un momento se afirma en su casi conseguida hombría para volver a sentirse desorientado en el mundo de los adultos. Por eso, su versión de los descubrimientos que va realizando en los tres días pasados en Nueva York tiene la exactitud, y la crueldad, de una placa fotográfica, todavía no adulterada o suavizada por las complejidades de la mentalidad de los mayores.

A través de él, J. D. Salinger consigue un cuadro muy significativo de un sector de la sociedad americana en la que empiezan a detectarse síntomas de rechazo de un modo de vida considerado hasta entonces como ideal y que terminaría haciendo crisis en los años sesenta. Ese principio de hastío de los bienes materiales, contrapuesto a la falta de algún verdadero ideal, es lo que, sin llegar a darse cuenta cabal de ello, detecta en sí el joven protagonista de esta novela. Dicho personaje acusa el despertar sexual, dando paso a frecuentes alusiones y a algunas escenas de contenido escabroso. El lenguaje de la novela, propio de un colegial, resulta expresivo y desgarrado.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

Deja un comentario