El buscón. El entremetido y la dueña y el soplón. La hora de todos y la fortuna con seso

Novela picaresca, que narra la vida de un joven nacido en Segovia, hijo de un barbero ladrón y de una mujer que acaba quemada por la Inquisición, acusada de brujería. Este Don Pablos, pillo con aires de caballero, lleva una existencia aventurera, siempre al borde del hambre, “El Buscón”, pero no del trabajo y con afición por lo ajeno, hasta que se despide del lector cuando decide embarcarse para las Indias.
Francisco de Quevedo parte de las directrices generales del género picaresco ya fijadas, pero vierte en ellas su genio caricaturesco, su sátira acerada y su capacidad de jugar con el idioma, dando lugar a una obra original que se singulariza y se aleja de sus precedentes. Difieren, así, el tratamiento narrativo, en el que el ingenio, la burla y la travesura son elementos dominantes, hasta proporcionar una visión esperpéntica de la realidad; la forma deshumanizada con que se tratan los personajes; la ausencia de descripciones, que dan lugar a un marco ambiental abstracto; y el estilo, con una prosa agresiva y precisa, salpicada de atrevidas metáforas, típicamente quevedescas. La obra tiene una clara intención crítica ante una sociedad cuyas lacras descubre, con implacable minuciosidad, por la vía irónica. No propone medios para corregirlas, pero el que obligue al lector a tomar conciencia de ellas trae como consecuencia una enseñanza moral, aunque llegue a través de un tono crudo, burlón y escéptico, respetuoso, no obstante, con los fundamentos últimos: Dios y el rey de la sociedad de la época.

El entremetido y la dueña y el soplón”, escrito desde la cárcel, es una de las críticas más directas contra los malos consejeros y contra la corrupción en el ejercicio y administración del poder. Tanto que Quevedo le hace decir a un tirano que al que no tiene qué hacer, le compre para tenerlo a favor, no sea que se ponga en contra.

Se ha considerado a menudo “La Hora de todos y la fortuna con seso” como una prolongación, nueva versión o réplica de los “Sueños”. Sin embargo, esta obra constituye por sí sola una viva síntesis de la sátira quevedesca, fuertemente ligada a convicciones íntimas, dando amplia cabida a los temas políticos y al compromiso ideológico del autor en materia relacionadas directamente con la situación española y con problemas europeos de su época. Esta obra es una variación sobre el tema del mundo al revés en que la diosa Fortuna recobra el juicio y da a cada persona lo que realmente merece, provocando tan gran trastorno y confusión que el padre de los dioses debe volverlo todo a su primitivo desorden.

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