El amante liberal. La tía fingida

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547 – Madrid, 1616) es un autor clave para entender la evolución de la historia de la literatura occidental. No solo por su inmortal Don Quijote de la Mancha que, tras un largo proceso de gestación, se convirtió en un referente novelístico de primera magnitud, sino también por otras obras como sus demoledoras “Novelas ejemplares”, su “Viaje del Parnaso” o la compleja “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”. Fue el propio Cervantes quien dio en llamar «ejemplares» a las que en realidad eran la primera manifestación de novela corta en lengua castellana. Ejemplares por su composición y calidad artística, las escribió a imitación de las novelas italianas con una finalidad de puro entretenimiento y placer estético, y hoy en día siguen siendo una fuente inagotable de sorpresas.
Relato bizantino y de cautivos, «El amante liberal» es una historia perfectamente estructurada en la que intervienen el enredo y el fingimiento, y en el que se pone de relieve el aprendizaje que el cautiverio moldea en Ricardo, el protagonista, y la libertad de elección de la mujer. Es una novela sobre el amor y la generosidad, en la que el protagonista, Ricardo, cautivo en manos de los turcos, debe afrontar múltiples adversidades para conseguir el amor de Leonisa.
«La tía fingida» es una novelita juguetona e incómoda, obra de un ingenio joven, que vive desde siempre marcada por el signo de la controversia: si el caballo de batalla de la autoría ya da mucha guerra, el tema picante ha sido piedra de toque de la crítica. Con todo, no hay que rasgarse las vestiduras: «La tía fingida» es un relato sencillo de estudiantes apicarados y prostitutas. Así pues, se trata de una de las novelas más tempranas de Cervantes, claramente relacionada con los relatos breves del primer «Quijote» y las «Novelas ejemplares«.

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