Doce preguntas a un piano

Juan Kruz Igerabide, el autor de esta novela, presenta de la forma más cruda el intenso dolor de una adolescente que a poco de cumplir catorce años pierde a su madre por culpa de un infarto. Ante la dificultad para asimilar esta situación, la joven, dotada de talento musical y de una gran sensibilidad, se refugia en la fantasía y se vuelca en el cariño hacia su padre, pero su vacío es tan profundo que recurre a hacer a su piano preguntas que no obtienen respuesta o cuyas respuestas concluyen siempre con la inexorable realidad de la muerte. Sus sentimientos son contradictorios: unas veces le sirve la fe y otras le parece inútil; al final vence la decisión humana de superación personal. El estilo, de matices poéticos, en el que se alterna la narración en tercera persona con las reflexiones y fantasías de la protagonista, además de las preguntas contenidas en una breve estrofa, resulta original. Pero, aunque esto es muy de valorar, como también la profundidad de los sentimientos expresados, no parece demasiado atractivo para la mayoría del público joven, poco habituado a reflexionar.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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