Diario de Greg. Mala suerte

La octava entrega de los “diarios de Greg”, en la misma línea que las anteriores, reproduce escenas de la vida cotidiana del protagonista en su casa y en colegio. Las primeras entradas, correspondientes al mes de marzo de un año indeterminado, aluden al distanciamiento respecto a él de su amigo de siempre, Rowley, desde que este es novio de una compañera de clase. A partir de este inicio, las anotaciones se refieren a que se siente sólo en los recreos, sin su amigo, a que las notas han bajado de nivel, ha dejado sin hacer los deberes de casa y a desafortunadas incidencias de familia. Problemas todos ellos que, en conjunto, le llevan a pensar que le persigue una racha de “mala suerte”. El autor, Jeff Kinney, ha concebido a su personaje como un típico antihéroe, habituado a salir perdiendo en casi todo lo que emprende, a ser el menos popular de su clase y a tener una autoestima muy baja. Ante esa situación, se limita a consignar con ironía sus fracasos escolares, la pérdida de su amigo, el acoso de los matones de cursos superiores y las manías de sus abuelos, tías y demás parientes. Sus comentarios tienen siempre un tono humorístico al poner de manifiesto las extravagancias y absurdos de cada día sin que, a cambio, haya algunos en que se sienta plenamente contento y feliz. Las ilustraciones, realizadas por el mismo autor del texto, muestran en sus imágenes esta misma actitud poco alegre en los personajes que representan, todos ellos vestidos de forma antiestética. El carácter gris del protagonista, su falta de aciertos y sus muy limitadas aspiraciones, más allá de reírse de sus frustraciones, pueden hacer resultar divertidas, pero también poco estimulantes en su modo de afrontar las dificultades, siempre de un modo guiado por la ley del mínimo esfuerzo.

Colocado entre los libros en inglés por respeto a la colección.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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