En los albores mismos del nacimiento de la filosofía, Platón (ca. 428-ca. 347 a.C.) planteó, utilizando la dúctil forma del diálogo, buena parte de los principales problemas que han ocupado desde entonces al pensamiento filosófico.
Agrupa el presente volumen cinco “Diálogos socráticos” mantenidos por Sócrates y escritos por un Platón aún joven, que retiene en su memoria y en toda su alma la forma de decir y de pensar de su maestro.
“Apología de Sócrates” es el escrito de Platón en el que da una versión del discurso que Sócrates pronunció para su defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se lo acusó de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis.
“Teages” es la transcripción de lo que el protagonista le cuenta al autor sobre su conversación con Sócrates, así como la acogida con que este último le dispensa, medio en broma, medio en serio.
En “Los enamorados” encontramos la duda (autocrítica diríamos ahora) sobre la filosofía como ciencia o conjunto de saberes.
“Cármides” parece un diálogo mantenido en un gimnasio entre Sócrates y el joven del título y presenciado por el propio Platón.
Del desengaño de los que buscaban en Sócrates un maestro, tenemos el ejemplo del “Clitofonte” en que Sócrates recibe en silencio la declaración de la propia inutilidad para la virtud y para la vida.