Cuentos populares de ogros

J. Desparmet recopila estos “cuentos populares árabes de ogros” y de ogresas, de ghul y de ghuiela de Blida en Argelia, que son ejemplos recogidos oralmente de la tradición. No sólo existe el conocido ogro de nuestra infancia del cuento de «Pulgarcito», sino que una serie de ogros se extiende por los países nórdicos y pollos países mediterráneos.

Gigantes descomunales, crueles y violentos, antropófagos, aterrorizan a los habitantes de esas regiones. Inertes y poderosos, aunque poco inteligentes, no resisten al héroe, que los vence. Ogros del Norte y ogros africanos tienen en común su aspecto: son peludos, su piel es renegrida, sus ojos están inyectados en sangre, tienen las uñas muy largas y las cejas muy espesas. Estos devoradores de hombres viven en cavernas, en lo más hondo del bosque o en palacios subterráneos, y guardan en sus moradas infinidad de tesoros.

Los Ogros siembran el espanto y el terror. Son la personificación del miedo. Pero no vamos a decir más. El lector verá por sí mismo qué cosas suceden en el cuento de la «Historia de un rapto entre ogros», «La ogresa de las siete cabezas», «La caverna de los ogros», «Los siete hermanos y la ogresa», «El ogro del pozo», «Mahammed el mulo y los siete ogros», «El Príncipe Fhal El Fhul que mató a trescientos sesenta ghul» y «El pícaro, la ogresa, la hija del Rey y el dragón».

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