The life and times of Cortés

La Conquista de México toca una fibra muy sensible y arroja una cruda luz sobre la compleja mezcla de la civilización humana. En este encuentro del Viejo y el Nuevo Mundo, choque muy violento, cada uno ve la barbarie en el otro campo, pero también ve otras cosas. ¿Cómo leer una cultura en la que se yuxtaponen las hogueras de la Inquisición y el espíritu libre del Renacimiento? ¿Cómo comprender el refinamiento de los aztecas y su práctica del sacrificio humano? ¿Se debe renunciar, por ello, a tratar serenamente la historia de “Cortés”? No, en absoluto.

Por eso el conquistador no puede ser reducido a su negativa leyenda. Su itinerario personal no se limita a los dos años de la Conquista de México, ese lacónico 1519-1521 de las enciclopedias. Cortés tiene infancia, deseos, ambiciones, voluntad e inteligencia; conoce tanto el éxito como el fracaso; posee familia, amigos y se debate entre amores complicados; envejece; sus reflexiones profundas chocan con sus preocupaciones más terrenas y cuando ve venir la muerte juzga su época.

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