Con la cabeza a pájaros

Cuando Julia y Trompo están con el abuelo, ocurren cosas increíbles: las sillas crecen; los ahogados viven felices en el fondo del mar, y para zambullirse en un cuadro basta con ponerse aletas y gafas de bucear. No hay nada como tener la cabeza a pájaros… Y es que el abuelo es tan divertido y tiene tantas ideas que aburrirse con él es imposible. No importa que viva en una residencia; sus nietos siempre van a buscarle para pasar ratos divertidos con él.

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