Cleopatra

Con preámbulo del autor, Emil Ludwig, en el que explicita que «Esta biografía de «Cleopatra» se distingue de todas las demás… por la falta casi completa de citas. Los documentos íntimos, las conversaciones y las memorias… faltan aquí completamente…se han perdido. Pero la vida pública de la reina se ha conservado íntegra… porque los tres romanos que intervienen en su vida pertenecen a la historia mundial.».Plutarco fue una de sus fuentes principales; «porque- estuvo cerca de los personajes,- señala- porque cuando escribe, su abuelo se hace todavía contar los secretos de los asados del jefe de cocina de Antonio, en Alejandría. Por eso sus descripciones son para mí más frescas que aquella polémica entre los sabios de hoy en que uno reprocha al otro el haber leído demasiado a Suetonio y muy poco a Apiano». Y, además, «sólo de Plutarco se pueden deducir los sentimientos», «sólo los sentimientos son eternos, son a la vez los nuestros, y sólo a través de ellos pueden reflejarse en nosotros las figuras lejanas». Con estas frases entrecomilladas del autor queda evidente el espíritu de universalidad que distingue y anima a su obra.

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