Charlie y el gran ascensor de cristal

Segunda parte del cuento «Charlie y la fábrica de chocolate», que mantiene parte de las mismas líneas de éste. Aquí el niño, acompañado de sus padres y abuelos, toma posesión de la extraordinaria fábrica con la que le obsequió su anterior propietario, el extravagante y bondadoso señor Wonka. Roald Dahl conjuga acertadamente los elementos reales y los fantásticos, si bien aquí no quedan tan claros los fines didácticos. Resulta simpático el papel que juegan en la acción los cuatro abuelos, un tanto gruñones, pero a los que sus hijos y nietos quieren y cuidan.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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