Aquel formidable Far West

¡Quién se lo iba a decir a Pete Breakfast! Con lo ilusionado que estaba por instalarse en el Far West… Y cuando, por fin, lo consiguió, ¡ya me contaréis! Tuvo que criar gusanos de seda, repartir octavillas de las sufragistas y mil rarezas más. ¿Y para aquello hacía falta ir al Oeste?

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