- Autor: Francisco de Quevedo
- Editorial: Rueda
- Nº Registro: 14318, 14320 y 14321
- Género: Novela
- Edades: Todos
- Tipo: Normal
Novela picaresca, que narra la vida de un joven nacido en Segovia, hijo de un barbero ladrón y de una mujer que acaba quemada por la Inquisición, acusada de brujería. Este Don Pablos, pillo con aires de caballero, lleva una existencia aventurera, siempre al borde del hambre, “El Buscón”, pero no del trabajo y con afición por lo ajeno, hasta que se despide del lector cuando decide embarcarse para las Indias.
Francisco de Quevedo parte de las directrices generales del género picaresco ya fijadas, pero vierte en ellas su genio caricaturesco, su sátira acerada y su capacidad de jugar con el idioma, dando lugar a una obra original que se singulariza y se aleja de sus precedentes. Difieren, así, el tratamiento narrativo, en el que el ingenio, la burla y la travesura son elementos dominantes, hasta proporcionar una visión esperpéntica de la realidad; la forma deshumanizada con que se tratan los personajes; la ausencia de descripciones, que dan lugar a un marco ambiental abstracto; y el estilo, con una prosa agresiva y precisa, salpicada de atrevidas metáforas, típicamente quevedescas. La obra tiene una clara intención crítica ante una sociedad cuyas lacras descubre, con implacable minuciosidad, por la vía irónica. No propone medios para corregirlas, pero el que obligue al lector a tomar conciencia de ellas trae como consecuencia una enseñanza moral, aunque llegue a través de un tono crudo, burlón y escéptico, respetuoso, no obstante, con los fundamentos últimos: Dios y el rey de la sociedad de la época.
Francisco de Quevedo compone la pieza de sátira aguda que titula «Los sueños» en la que desfilan todos los estados y oficios del mundo, con sus tachas, abusos y engaños, descubiertos y condenados por la expresión ingeniosa más acerada y la burla más feroz. Con la libertad que da la visión onírica, “Los sueños “componen una galería de caricaturas inigualable, al tiempo que exploran todo tipo de juego lingüístico en denuncias que van de la risa a la amargura más violenta.