Cuando la niñez estalla, irrumpe el desorden. Llamo desorden a ese tiempo tumultuoso en el que todo se nos echa encima, zarandeándonos: voces extrañas o amigas que nos llaman, espacios que nos alejan de padres o hermanos y que sin embargo acaban cobijándonos, cuerpos que vamos descubriendo y amando,...