El rey de los pleitos

Al preparar la defensa de un presunto asesino, muy joven y sin historial de violencia, un abogado de oficio sospecha que aquél lo cometió bajo los efectos de un fármaco, y comienza a investigarlo. Para evitar que esta secuela indeseada del medicamento salga a la luz, el laboratorio que lo fabricó le propone un pacto. El protagonista acepta lo que, en definitiva, es un juego sucio, y gracias a ello se ve convertido en «El rey de los pleitos«.

El autor narra, a la vez, un caso de corrupción de triste actualidad, como es el de los pleitos contra grandes compañías en demandas conjuntas por daños y perjuicios, y el proceso de ascensión y caída del protagonista, en una espiral de ingresos y gastos disparatados, paralela a la desmesurada ambición y enorme poder de ciertos bufetes. La obra es un relato sólido, con todos los cabos bien atados, y está escrita con estilo conciso, carente de adornos. Quizá en algún momento de la primera parte la frecuente referencia a datos económicos pueda producir una cierta impresión de monotonía, pero John Grisham anima inmediatamente la acción con nuevas sorpresas, sean profesionales o de carácter privado. En este último aspecto, muestran los personajes una actitud permisiva asumida con total naturalidad, pero que no se concreta en pasajes descriptivos.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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