El corazón de las tinieblas

Un joven marino inglés, de espíritu aventurero, obtiene un empleo como piloto al servicio de una compañía comercial europea en un indeterminado país africano. La misión consiste en reparar una vieja barcaza y remontar con ella un caudaloso río para recoger a otro agente de la compañía, dedicado a la obtención del marfil, entonces gravemente enfermo.
Joseph Conrad, marino mercante, capta magistralmente el ambiente inquietante del África autóctona de fines del XIX, cuando todavía el hombre blanco era considerado un ser superior por los indígenas. Todo el misterio, la desolación, el mundo extraño de una civilización primitiva a punto de desaparecer está en ese campamento, en el lento viaje remontando el río, con los blancos ambiciosos que no ven en los indígenas más que un simple medio de hacer fortuna, y los negros, muchos de ellos todavía esclavos, sumidos en la abulia de la desesperación. La novela está escrita en forma de largo monólogo, sin apenas diálogos, con un lenguaje sobrio y expresivo, y magníficas descripciones.
La obra pertenece a la época en que la colonización europea de los países que hoy entran en el Tercer Mundo estaba considerada no sólo como algo lícito, sino incluso beneficioso para dichos pueblos. Dentro de este marco, que el autor condena, presenta el caso de un blanco al que la ambición de riqueza y poder va degradando, y que, olvidándose de todo lo que de positivo encierra la cultura occidental, cae en los ritos y costumbres de los indígenas y entra en «El corazón de las tinieblas«.
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