De las 420 “Cántigas de Santa María”, que constituyen el cancionero mariano más rico de la Edad Media, 356 son narrativas y relatan milagros de la Virgen; las demás, con la excepción de una introducción y dos prólogos, son de loor o se refieren a festividades marianas o cristológicas. Salvo el poema introductorio, todas están acompañadas de melodías. Huelga subrayar el rango que en la historia de la espiritualidad les corresponde a las Cántigas como al monumento literario más destacado del culto mariano en la Península Ibérica, su interés para la historia de la métrica y, finalmente, su importancia como una de las fuentes más ricas del galaico portugués antiguo. Dentro de la ingente producción científica y literaria planeada y hasta cierto punto dirigida por el rey ocupa la colección de las Cántigas un lugar aparte. Se incluyen además Crónicas, Las Siete Partidas, Lapidario, El libro de las Cruces, etc., y otras dedicadas a temas jurídicos, históricos o astronómicos-astrológicos. Alfonso X escribe e impulsa la divulgación de todo el conocimiento de su tiempo. Su poesía de las Cántigas es la única que no está escrita en español, y es, sobre todo, la obra que tiene más carácter personal.