Por un puñado de Goyas

Por un puñado de Goyas”, de José Manuel Garasino es la crónica del rodaje más demencial de la historia del cine desde que los hermanos Lumière filmaron la famosa salida de la fábrica, por no irnos más lejos.

¿Cómo cree usted que se le queda el cuerpo a la actriz que debe repetir una y otra vez la escena íntima con ese actor baboso y de mal aliento, sólo porque el director dice que no acaba de verlo claro y quiere otra toma más? ¿Se imagina el suplicio que representa esperar horas y horas, vestido con un traje de época, cubierto por tres capas de maquillaje y coronado por una peluca que pica, para rodar una escena de treinta segundos en la que debe decir algo así como ‘Buenos días, señora’? Pues nada, añada a todo eso un productor que se ha quedado sin pasta -con lo mal que les sienta a las gentes del cine lo de trabajar y no cobrar-, un actor que no duda en vender su alma -sí, sí, es cierto- al mejor postor, sea éste de la condición que sea, y una legión de técnicos permanentemente cabreados, y podrá hacerse una idea muy fiel de lo que supone rodar una película como la que aceptó dirigir Carmelo Barragán, un artista, un hombre de prestigio a quien, ¡ay!, a veces no le queda otra que tragar con algún encargo para ir tirando, pagar la pensión de la ex, llenar de gasolina el deportivo y alimentar algún vicio ilegal.

Después de leer este libro ya nunca más creerá aquello de que el cine es una fábrica de sueños. Es una fábrica, sí, pero de pesadillas. No obstante, paradojas de la vida, guionistas, directores, productores y técnicos se apasionan con cada nuevo proyecto. Allá ellos.

Deja un comentario