Un árbol, un adiós

Novela psicológica que refleja el estado de ánimo de una mujer que se encuentra inmersa en una típica crisis del medio siglo. Mientras intenta plantar un árbol en el jardín de la casona familiar de Galicia, evoca a sus padres, ya muertos, y compara a su marido, que permanece en Madrid, con el hombre que la está ayudando en la labor de jardinería, con el que años atrás pudo haberse casado.
Marina Mayoral utiliza la forma monologada para reflejar la intimidad de la protagonista, dotada de rasgos bastante comunes en su edad y situación. Dudas, insatisfacciones, nostalgia, sensación de soledad y de desconcierto afloran en las reflexiones que se hace a sí misma y en las breves frases que intercala con su acompañante, que de antiguo hijo de los guardeses ha pasado a ser un próspero aparejador, rodeado de hijos y nietos. La obra está formalmente resuelta con corrección tanto técnica como estilística, pero su planteamiento argumental, además de no destacar por original ni imaginativo, carece de profundidad dramática. En esta breve novela hay más literaturización que contenido humano, limitado éste a ciertas manifestaciones de permisivismo sexual expresadas de modo generalizador, lo mismo que un sentido global de la existencia de tinte materialista. La crisis humana que refleja es convencional y queda resuelta de modo superficial, con un adiós que no lo es y que no encierra ninguna despedida definitiva, ninguna renuncia heroica a nada concreto.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.

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